Las aftas orales son también llamadas llagas, son pequeñas, redondas y aparecen dentro de la boca, en los labios e inclusive por dentro de la mejilla, tienden a ser muy dolorosas, algunas únicas pero otras pueden ser numerosas, no dejan cicatriz. Tienden a tener un borde rojo y un centro gris y la mayoría desaparecen solas.
Hay muchas causas que pueden ocasionarlas, entre ellas, las infecciones virales como el herpes entre otros virus, el estrés, alergias a los alimentos, deficiencia de vitaminas y minerales, alteraciones inmunológicas, cambios hormonales o períodos menstruales. A veces la causa es desconocida o idiopática. La palabra afta procede del término griego “Aphtay” y significa quemadura, por eso muchas de ellas tienden acompañarse de ardor y dolor que en ocasiones limita la ingesta de alimentos.
Las aftas presentan inicialmente un periodo vesiculoso, aunque es difícil de ver dado el pequeño tamaño, a los 2 a 3 días inicia el período ulceroso y el más doloroso, ya que tiende a verse mas profunda, con bordes mas definidos y un fondo blanco por todo el tejido lleno de fibrina e infiltrado de neutrófilos. Aquí hay mayor sensación de quemazón y dificultad para la masticación, y finalmente el período de cicatrizació, donde la úlcera se limpia y se reepiteliza sin dejar cicatriz.
En la formación y en la mejoría de las aftas influye el estado de inmunidad o de defensas de cada individuo, así como el estado nutricional y la historia personal o familiar de enfermedades autoinmunes, inclusive hay otros factores que predisponen como el estrés, el tabaquismo, el trauma por el cepillado, mordeduras, alimentos duros y aparatos.
Existen otras formas clínicas que tienen mayor impacto en la calidad de vida de nuestros pacientes como son condiciones como:
- Estomatitis aftosa recurrente que suele aparecer en la edad pediátrica y tiende ir mejorando con la edad.
- Aftas menores también llamadas de Mikulicz que tienden a ser leves respecto a su sintomatología (dolor) pero tienden a durar entre 10 y 14 días y son recurrentes cada 2 a 3 meses.
- Aftas mayores o periadenitis necrótica recidivante de Sutton, la cuales tienen peor pronóstico por el riesgo de cicatriz, al ser de mayor profundidad y compromiso inflamatorio mayor ( fiebre, disfagia, malestar general y adenopatías)
- Estomatitis aftosa por virus herpes que se presentan como aftas confluentes o en racimos muy dolorosas.
- Síndrome de Behcet que se caracteriza por aftas recurrentes en boca, región genital y ocular asociado a otros síntomas gastrointestinales, pulmonares, musculares y hematológicas.
El tratamiento depende de la causa que las genere, por lo que es importante realizar un diagnóstico temprano para así dar manejo adecuado según cada paciente. Los principales objetivos del manejo son disminuir el número de días con la enfermedad, evitar reaparición constante de las lesiones y disminuir la sintomatología así como el número , tamaño y profundidad de las aftas, mejorando la calidad de vida de nuestros pacientes.